Los sedimentos rojizos de La Veguellina están constituidos por limos, arenas y pequeños cantos redondeados de cuarzo y arenisca. Entre todos estos materiales existen diminutas partículas de oro. El color rojizo de los sedimentos, debido a determinados óxidos de hierro, era uno de los indicios que hacía presuponer a los romanos la presencia de oro.