Siguiendo la carretera durante varios metros se alcanza un punto donde las calizas y dolomías ocres y grisáceas dan paso a una roca de color rojo, rosa o incluso violáceo: la “caliza griotte”. El término griotte, cereza en francés, se usa para designar a cualquier caliza que exhiba esos colores, independientemente de su edad y de la formación a la que pertenezca. En este caso, la caliza griotte pertenece a la Formación Láncara, con edad Cámbrico Inferior. Su origen es algo controvertido, aunque se sabe con certeza que se depositó a mayor profundidad que el resto de la formación.