Las rocas en las que ha quedado registrada la fase inicial del arrecife están constituidas por calizas (derivadas en gran medida de los esqueletos de los numerosos organismos que contienen) y por arcillas. Estas arcillas son las mismas que constituían el fondo blando sobre el cual comenzó a formarse el arrecife y, en la actualidad, confieren a esta parte del yacimiento un característico tono rojizo.