En el arrecife de Matallana se reconocen numerosos organismos cuyos esqueletos están constituidos por carbonato de calcio. Muchos de ellos, fundamentalmente los corales y las esponjas, dieron forma al armazón básico del arrecife. Se trata de una auténtica “bioconstrucción”, una construcción realizada por miles de seres vivos que constituye la base de un ecosistema entero y condiciona la estructura y la dinámica de este.