Con el paso del tiempo, tanto las cavidades kársticas como los espeleotemas que se desarrollan en ellas pueden alcanzar grandes dimensiones. La cueva de Valporquero es un magnífico ejemplo de cavidad kárstica, en la que los procesos que dan origen a este tipo de cavidades se muestran de un modo muy ilustrativo. Por ello, la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS) y la UNESCO, la han incluido en el catálogo de Global Geosites, un listado de lugares geológicos de especial relevancia internacional.