A menos de medio kilómetro al norte de Villasimpliz, el río Bernesga se ve obligado a trazar una curva muy pronunciada para avanzar por el único lugar por el que las rocas le permiten hacerlo: la hoz del Tueiro. Las duras cuarcitas de la Formación Barrios, del periodo Ordovícico, constituyen en este punto una muralla de varios centenares de metros de espesor, y el río solo puede atravesarlas a través de una profunda garganta, un paso estratégico que el Bernesga ha compartido, durante centurias, con determinadas rutas históricas y, en tiempos más recientes, con la antigua carretera nacional. En la actualidad, la construcción de varios túneles a través de las cuarcitas permite el paso a una renovada carretera y a la vía férrea. El tramo de carretera que recorre la hoz del Tueiro se encuentra en desuso.