Durante buena parte del Paleozoico, diversos tipos de sedimentos se depositaron en un fondo marino, formando capas horizontales de naturalezas muy diversas (1). A mediados del periodo Carbonífero tuvo lugar la orogenia Varisca, que plegó y elevó las rocas derivadas de aquellos sedimentos, originando un relieve muy complejo, caracterizado por mostrar zonas elevadas y profundos valles (2). En las áreas menos elevadas se desarrollaban zonas lacustres y pantanosas, a las que llegaban grandes cantidades de sedimentos transportados por los ríos (3). Alrededor de esas zonas lacustres se asentaron grandes bosques, favorecidos por la bonanza climática del momento.