El fondo del valle está constituido por lutitas y areniscas, entre las que también se intercalan algunas capas de caliza, como la que se aprecia en el centro de la imagen; todas estas rocas pertenecen a la Formación San Emiliano, del Carbonífero. Las lutitas y areniscas de esta formación son poco resistentes, por lo que han sido muy erosionadas y han dado origen a suelos muy desarrollados sobre los que prosperan los pastizales y los prados. Por su parte, las capas de caliza soportan mejor la erosión, y por ello destacan más en el relieve.