El paisaje del valle de Arbas resulta sobrecogedor; las sierras de Cangas, del Turrón y de Alceo, albergan algunas de las cumbres más esbeltas y atractivas de este sector de la cordillera Cantábrica. Al abrigo de las inconfundibles siluetas de la peña Barragana y de las Tres Marías, se extienden amplios y fértiles prados de siega, utilizados desde siempre para garantizar alimento a los ganados.