El valle de Arbas acusa pronto la llegada del invierno. Las primeras nevadas del año convierten a este rincón en un escenario blanco y solitario, que permanecerá así hasta que el tímido sol primaveral invite a reverdecer a los prados. En Arbas el invierno es una estación larga y muy dura, como es propio de una zona tan montañosa como esta.