Los ciclotemas son reconocibles en muchas cuencas carboníferas, pero la de La Magdalena ofrece además una accesibilidad muy buena. Siguiendo durante kilómetro y medio la carretera que, desde la localidad de Garaño, se dirige hacia el embalse del Luna, se suceden varios ciclotemas en el talud de la misma. En ellos se reconocen las capas de conglomerados, las de areniscas y las de lutitas, y aún se conserva algún pequeño carbonero ligado a estas últimas.