El calcio y el magnesio tienen unas propiedades químicas muy parecidas y sus átomos muestran un tamaño similar. Por ello, si se dan las condiciones de temperatura y de presión adecuadas, resulta sencillo que el magnesio sustituya parcialmente al calcio en la composición de la caliza. Así la roca caliza, compuesta por carbonato de calcio, se transforma en dolomía, formada por carbonato de calcio y magnesio.