Las condiciones en las cumbres del macizo de Peña Ubiña son muy inhóspitas de por sí, pero más aún durante el invierno. Estas montañas reciben las primeras nieves mucho antes de que ocurra en cotas más bajas; igualmente, el gélido manto blanco persiste hasta bien entrada la primavera, y algunos neveros pueden aguantar hasta verano. Los organismos que viven en este lugar deben mostrar adaptaciones que los hagan aptos para soportar los rigores de la alta montaña.