Los procesos geológicos que han dado origen a los Mallos, son los mismos que han afectado a otros muchos enclaves de la cordillera Cantábrica. Sin embargo, aquí han tenido lugar de una forma modélica, lo que, sumado a la óptima visibilidad que muestran estos bloques seriados, hace que este sea un paraje inmejorable para comprender cómo las distintas fuerzas de la naturaleza son capaces de deformar, fracturar y erosionar las rocas, hasta conferirles un aspecto casi caprichoso.