A lo largo de la fase final del arrecife fueron muy abundantes los “estromatopóridos”, unas esponjas que formaban láminas de carbonato de calcio, lo que les permitía adaptarse a cualquier tipo de sustrato. En su superficie aparecen numerosos tubérculos o “mamelones”. Los estromatopóridos podían crecer en altura, a base de apilar varias capas, dando lugar a bloques de caliza muy resistentes. Estas esponjas son muy abundantes en las calizas que forman parte del crestón, pero el alto grado de compactación que muestran estas rocas dificulta su observación.