El fondo del valle del Campo de Martín Moro es muy plano, como corresponde a un valle de origen glaciar modélico. La ausencia de pendientes ha favorecido el asentamiento de un fértil suelo, lo que unido a la elevada humedad del sustrato, hace de este un lugar óptimo para el desarrollo de pastizales, secularmente aprovechados para alimentar a la abundante cabaña ganadera de este sector de la montaña.