La laguna del Castro es una masa de agua poco profunda pero relativamente extensa. El escaso esfuerzo que requiere conocerla se verá recompensado, con creces, por la ingente cantidad de valores naturales que ofrece; entre ellos se incluye aprender a reconocer cómo actuaron los glaciares, uno de los principales agentes modeladores de la cordillera Cantábrica y responsables, en gran medida, del aspecto que estas montañas exhiben en la actualidad.