Las hoces de Vegacervera imponen a los seres vivos unas condiciones ambientales muy severas, sobre todo durante el gélido invierno, que parece encontrar en este lugar un escenario para manifestarse de un modo más intenso. Las fuertes pendientes, la escasez de superficies estables y el riguroso régimen hídrico de las paredes, limitan de forma drástica la lista de especies animales y vegetales que pueden prosperar en este rincón.