Aunque su aspecto es muy parecido y en ocasiones resulta casi imposible distinguirlos, durante el Carbonífero existieron dos grandes grupos de helechos: las “pteridospermas”, un grupo ya extinto, que se reproducían mediante semillas; y las “filicofitas” o helechos verdaderos, ancestros de los actuales, con capacidad para reproducirse mediante esporas, que se formaban en el envés de las hojas.