A pesar de su limitada extensión, las rocas cretácicas de la provincia de León han sido explotadas durante siglos con finalidades diversas. Algunas de estas rocas tienen naturaleza arenosa, por lo que fueron aprovechadas en muchos pueblos para la obtención de áridos para la construcción. Otras son calizas y, en algunas localidades, fueron explotadas para la obtención de sillares empleados en algunos de los monumentos más conocidos de León.
En la imagen se observa un pequeño arenero ubicado en Soto y Amío.