Los “ojos de pájaro” se forman cuando los sedimentos carbonatados aún están blandos, en especial si por alguna causa dejan de estar cubiertos por el agua, por ejemplo, cuando baja la marea. En estas condiciones, muchos microorganismos y algunas reacciones químicas llevadas a cabo por ellos, generan gases que dan lugar a burbujas huecas en el seno de los sedimentos. Cuando el agua vuelve a cubrirlos, estas pequeñas cámaras pasan a estar rellenas de agua con sales disueltas, que precipitan en su interior, formando cristales cuya textura y color difieren de los del resto de la roca: son los “ojos de pájaro”.