Los mares del Silúrico
Los fósiles presentes en las lutitas de la Formación Formigoso, así como la naturaleza de estas rocas, permiten hacerse una idea de cómo fueron los ecosistemas que prosperaron en aquellos tiempos en el arcaico mar donde se gestaron las rocas cantábricas. En el fondo de un mar relativamente profundo y pobre en oxígeno, vivían diversos organismos “bentónicos”, ligados al sustrato, entre los que destacan los trilobites, los gasterópodos, los bivalvos y los braquiópodos. El fondo era blando, constituido por sedimentos muy finos y grandes cantidades de materia orgánica en descomposición, lo que explica por qué se transformaron en lutitas de grano fino y de tonalidad oscura. Los cefalópodos y diversos grupos de peces arcaicos se desplazaban activamente por el agua, en busca de las presas de las que se alimentaban, mientras que miles, millones de colonias de graptolitos, flotaban a la deriva a merced de las corrientes de agua y del oleaje.
