Entre los corales y las esponjas de este arrecife vivieron otros organismos marinos. Por ejemplo, en este yacimiento fueron muy abundantes los “braquiópodos”, aunque la gran presión recolectora ha hecho que en la actualidad sean mucho más raros. Se caracterizan porque su caparazón externo está constituido por dos valvas, entre las que se situaban las partes blandas. Estos organismos se alimentaban de las partículas suspendidas en el agua, que filtraban gracias a un órgano llamado “lofóforo”. Los braquiópodos aún existen en los mares actuales, pero fueron mucho más diversos y abundantes en el Paleozoico.