En su avance, los glaciares erosionan el fondo y las paredes de los valles y arrastran los materiales arrancados. Al llegar a cotas más bajas, los depositan en su extremo frontal y en sus laterales, dando origen a unos depósitos conocidos como “morrenas”. La distinta ubicación de las morrenas y su morfología ayudan a los expertos a conocer cómo evolucionó el glaciar y qué extensión tuvo a lo largo de sus distintas etapas, desde su máximo desarrollo hasta su desaparición, pasando por todas las fases intermedias o de retroceso.