El Campo de Martín Moro es un valle labrado en rocas de los periodos Cámbrico y Ordovícico. Estas rocas son bastante resistentes, pero aun así fueron muy erosionadas por el glaciar. Sin embargo, en el extremo inferior del valle existen grandes afloramientos de cuarcitas, mucho más resistentes que las rocas que constituyen el resto del valle. Estas cuarcitas soportaron mucho mejor la erosión del glaciar, por lo que, a partir de ese punto, el Boeza se encauza y el valle cambia bruscamente de dirección.