La cabecera del valle de Viadangos, donde se localizan sus cotas más altas, fue una importante zona de acumulación de nieve y hielo; la nieve procedente de las precipitaciones se acumulaba en la cabecera del valle, se compactaba en forma de hielo y pasaba a alimentar al glaciar, que también recibía aportes desde otros puntos situados en sus laterales.