Las condiciones de presión y temperatura que afectaron a las rocas cepedanas de la Formación Agüeira, fueron las adecuadas para que en su interior se formasen varios minerales propios de los procesos de metamorfismo. Entre ellos destaca la “andalucita”, un silicato de aluminio que debe su nombre al error cometido por los investigadores que la nominaron, quienes utilizaron para sus estudios varios ejemplares hallados en Guadalajara, provincia que de forma errónea atribuyeron a Andalucía. La andalucita es muy frecuente en Villameca, pero no aparece en forma de cristales aislados; al contrario, siempre forma grupos de cuatro cristales, tal y como se reproduce en la imagen. Cuando la andalucita adopta esta morfología, recibe el nombre de “quiastolita”.