Cuando la glaciación comenzó a remitir, los glaciares de Vivero (GV) y Fasgarón (GF) perdieron entidad y la transfluencia glaciar hacia el Omaña dejó de estar operativa. Sin embargo, los dos glaciares aún activos taponaron el extremo noroccidental del puerto de La Magdalena, lo que impedía que el agua que se acumulaba en el fondo del valle encontrase salida. Así se formó una laguna que ocupó gran parte del puerto.
Modelo digital del terreno: Instituto Geográfico Nacional.