La cuenca carbonífera de La Magdalena es una de las más extensas de la cordillera Cantábrica y, durante décadas, fue el motor económico de este sector de la montaña leonesa. Las rocas ricas en carbón se extienden a ambos lados del río Luna, formando una banda de más de diez kilómetros de este a oeste y de dos kilómetros de norte a sur. No obstante, las rocas de la cuenca se extienden considerablemente hacia poniente entrando de lleno en tierras omañesas, aunque en estas áreas apenas existen capas de carbón.