La presencia de corales ramificados indica que el fondo donde vivieron, y por tanto, en el que se formaron las rocas que los contienen, estuvo sometido a unas condiciones más o menos tranquilas, a una profundidad suficiente como para que los efectos del oleaje y de las corrientes superficiales no afectasen a las colonias. De no haber sido así, los frágiles corales ramificados no habrían podido sobrevivir.