El hielo que rebasó los collados, también modeló su superficie: además de suavizar su relieve, excavó pequeñas depresiones en el entorno de los mismos, que en la actualidad retienen algo de agua, por lo que aparecen en forma de turberas y lagunas, como las existentes en los collados de Cabachonal (1) y de Gistreo (2).
En el esquema también se ilustran otras evidencias de la intensa actividad glaciar que el valle soportó en el pasado, como son la laguna yuxtaglaciar de Viadangos (3), el sistema de morrenas de Viadangos de Arbas (4) y las morrenas de Casares de Arbas (5), a los que se suma la morfología general de estos valles (6), con un característico perfil en U.