El glaciar del Sil estaba constituido por cantidades ingentes de hielo que descendían por su valle, erosionando las laderas del mismo. Al alcanzar algunos puntos menos elevados, como el collado de Lago de Babia, parte de ese hielo se desbordaba, verificando un proceso denominado “difluencia glaciar”. Así, a modo de ramificación, surgía una nueva lengua de menor tamaño, como la que, en su día, descendió por el valle de Lago de Babia. Por eso, en este valle, no se aprecia circo glaciar alguno que alimentara el glaciar en su cabecera.