En el Campo de Martín Moro existen varios ejemplos de umbrales glaciares, siempre ligados a las cuarcitas que flanquean el valle por su extremo inferior. Uno de los mejores ejemplos se localiza en las inmediaciones de la ermita de Santiago. Está constituido por cuarcitas que soportaron la erosión del glaciar; sin embargo, su superficie fue pulida por el hielo, por lo que el afloramiento muestra una forma redondeada.