Las calizas que presentan grietas y fisuras también pueden adoptar un aspecto muy singular cuando se ven sometidas a los procesos kársticos. El agua penetra a través de estas fisuras y disuelve la roca que las delimita; el resultado es que las grietas aumentan de tamaño y las aristas se suavizan, con lo que la roca adopta el aspecto “aborregado” que se aprecia en la imagen. La entrada de agua a través de las fisuras y la ampliación de estas como consecuencia de la disolución, es el proceso en el que radica el origen de las cuevas kársticas, como la de Valporquero.